Los 8 consejos más útiles para ser más feliz. ¡Te ayudarán! • En Estado Crudo

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¿Cómo ser más feliz? Buena pregunta. La filosofía occidental lleva más de 2600 años intentando contestarla y todavía no hemos conseguido establecer un consenso sobre qué es la felicidad y, mucho menos aún, sobre cómo se puede llegar a alcanzar. Por ello, quizá lo primero que deberíamos decir es que puede ser que la felicidad no exista tal y como nos la imaginamos. No es que nos estemos rindiendo al pesimismo. Al contrario, lo que pretendemos es desmitificar el concepto de felicidad para hacerlo más accesible, más concreto. Y por lo tanto, más fácilmente alcanzable. 

La primera acepción de la palabra “felicidad” en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua la define como un “estado de grata satisfacción espiritual y física”. Esta definición nos presenta un concepto relacionado de alguna manera con una satisfacción plena. Un concepto absoluto y perfecto que, como bien sabremos a poca experiencia vital que tengamos, no tiene mucho que ver con la realidad de la existencia humana. Los seres humanos no somos seres perfectos. La vida no es perfecta. Y está bien que así sea. Pero eso implica que tampoco debemos obcecarnos con buscar una felicidad perfecta, pues esto es sencillamente imposible de obtener en un mundo imperfecto, habitado por personas imperfectas, que vivimos vidas imperfectas. 

A lo que sí podemos aspirar es a ser “más felices” en el sentido de vivir más plenamente. Podemos intentar aumentar la calidad y la cantidad de las experiencias que nos aportan bienestar en nuestro día a día y tratar de minimizar las experiencias que nos hacen sufrir. Y, sobre todo, podemos tratar de alinear nuestras expectativas de felicidad con las posibilidades reales que nos plantean nuestros propios límites. Ajustando y reajustando constantemente estas expectativas a nuestras circunstancias y a nuestra experiencia vital, en el marco de una visión lo más lúcida y realista posible del mundo, del momento en el que estamos y de la vida que nos ha tocado vivir. 

Y para hacerlo, hoy queremos proponer 8 consejos prácticos que nos pueden ayudar a aumentar la sensación de felicidad en nuestras vidas. Algunos son pequeños cambios de hábitos concretos que podemos introducir en nuestro día a día para aumentar nuestro bienestar. Otros son cambios más profundos que implican hacer un esfuerzo activo para modificar nuestra forma de pensar y de actuar en la vida. Algunos nos serán realmente útiles y otros, quizá, no lo sean tanto. Lo importante es que tomemos los consejos que nos sirvan a cada uno de nosotros, para intentar ser un poquito más “felices”, para llevar una vida más plena, para estar más contentos, o como queramos llamarlo. 

Comenzamos.

1. Para encontrar la felicidad, mejor no la busques

Como decimos, la felicidad absoluta es una quimera, por lo que si te obsesionas con buscarla tienes las mismas posibilidades de éxito que si sales a la calle en busca de un unicornio. Seguramente la búsqueda se transforme en frustración.

La vida siempre nos ofrece cosas buenas y cosas no tan buenas. Eso es un hecho y es inevitable, por lo que no podemos aspirar a estar siempre en un estado de felicidad máxima. Lo que sí que podemos hacer es aprender a encajar las cosas buenas y las malas, nuestros éxitos y nuestros fracasos, de la mejor manera posible. Intentar evitar la euforia desmedida cuando nos pasa algo bueno y también los sentimientos excesivamente negativos cuando tenemos una mala experiencia. Aprender, en definitiva, a relativizar nuestra experiencia vital con sus luces y sus sombras. Saber disfrutar de los aciertos y, sobre todo, aprender a extraer aspectos positivos y enseñanzas de las malas experiencias y de los fracasos. 

2. Desconecta de la tecnología, del móvil, de las redes sociales y de Internet

Las redes sociales tienen muchas cosas buenas. Nos permiten comunicarnos, informarnos o aprender. Pero también son uno de los lugares en los que más comúnmente se promueve esa falsa idea de felicidad asociada a aspectos de la vida tan banales como el dinero, la fama o el éxito (¿Y qué es el éxito?). Por ello, saber leer estos mensajes para no caer en crearnos expectativas irreales sobre lo que es la vida es fundamental para poder vivir, no ya felices, sino simplemente tranquilos.
Por otro lado, el uso excesivo del móvil, de Internet y de todo tipo de dispositivos electrónicos nos desconecta del mundo real, de las personas de nuestro entorno y de las experiencias de verdad. Y también aumenta nuestros niveles de estrés y ansiedad. Por ello, aprender a desconectar de vez en cuando de estas tecnologías puede ser una buena idea de cara a tener una vida más plena. 

3. Acepta tus limitaciones

Las limitaciones también son parte de la vida. Podemos ignorarlas y sentirnos desdichados cada vez que nos topemos con ellas, o podemos aceptarlas, aprender a tolerarlas, a convivir con ellas y a sacarles una lectura positiva. En este sentido y en vinculación al punto anterior, las redes sociales y otros medios de comunicación también nos hacen vivir en constante comparación con figuras irreales que proyectan hacia el mundo una imagen cuasi perfecta e irreal de lo que es una persona o de lo que tiene que ser la vida. Tomar a estas personas (o la imagen de ellos mismos que nos quieren vender) como modelo de vida a imitar es prácticamente una garantía de frustración. 

Para sentirnos bien, lo ideal es no compararnos con otros, sino intentar ser nuestra mejor versión y valorar aquello que nos hace únicos como personas. 

4. Cultiva tus relaciones personales

Los seres humanos, al igual que otros mamíferos, necesitamos relacionarnos con otros individuos. Formamos familias y grupos para sentirnos protegidos, queridos y realizados. Eso nos ofrece, además, una cierta posición social que nos ayuda a reforzar nuestro sentimiento de identidad. Invertir un tiempo de calidad que nos permita comunicarnos, cuidarnos y compartir vivencias y actividades con familiares, amigos y parejas; y también, a otro nivel, con compañeros de trabajo o vecinos, es otra de las maneras en las que podemos fomentar nuestro bienestar y el de los que nos rodean. Fomentar los aspectos positivos de las relaciones, dejando de lado sentimientos como el rencor, también nos ayudará mucho en este sentido.

5. Conócete

En el mundo actual y en el estilo de vida occidental ya hay demasiadas cosas que nos intentan decir cómo debemos de ser y cómo debemos vivir nuestra vida. La religión, la economía, las convenciones sociales, la publicidad, la publicidad… Si no prestamos atención, es muy posible que acabemos viviendo nuestra vida conforme a los deseos que han determinado otros. Y esto es una fuente potencial de enorme desdicha. 

Aprender a conocerte te ayudará a escuchar y descubrir cuáles son tus verdaderos deseos y tus pasiones. Esto te permitirá identificar y establecer ciertos objetivos de vida realistas que, al ser cumplidos, te proporcionarán un relativo nivel de satisfacción personal. 

En esta dirección, actividades como la meditación pueden ayudarte a tener una visión más sosegada de tu vida y del mundo, y propiciarán la tranquilidad y el estado de ánimo necesario para poder escuchar tu monólogo interior. 

Acudir a un psicólogo, es otra buena forma de conocerte más a ti mismo. La terapia psicológica te permitirá contar con herramientas extraordinariamente útiles para entender cómo funcionan tus procesos mentales y tus emociones, y eso te permitirá sentirte mejor.  

6. Duerme bien y mejor

Un buen descanso y un buen sueño son fundamentales para recargarte de energía, para balancear el equilibrio hormonal de tu organismo y para mantener alejadas ciertas enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión. Y así, algo tan aparentemente sencillo como dormir bien puede ayudarte también a ser un poquito más feliz.

7. Practica ejercicio físico de forma regular

Hacer deporte o practicar algún tipo de ejercicio de manera habitual no solo te ayuda a estar más en forma y a tener un mejor estado físico. También te ayuda a sentirte mejor desde un punto de vista psicológico. Así, al practicar ejercicio tu cerebro activa la segregación de endorfinas, un tipo de sustancias neurotransmisoras endógenas que aumentan tu sensación de bienestar. Además, la práctica de ejercicio regular también aumenta tu autoestima y mejora tu estado de ánimo. Y si puedes practicar deporte al aire libre y en un entorno natural, mejor que mejor, ya que el contacto con la naturaleza también influye positivamente en el estado de ánimo.

8. Come sano y lleva unos hábitos de vida saludables

Para finalizar, comer bien, llevando una dieta variada y equilibrada en nutrientes, en la que los vegetales sean los alimentos principales que compongan la base fundamental de tus comidas, es también fundamental para gozar de una buena salud y para sentirte bien. No abusar de sustancias como el tabaco, el alcohol u otras drogas también es importante para permitir que tu cuerpo y tu mente funcionen adecuadamente, evitando la aparición de estados de ánimo depresivos. En general, cuidar lo que comes y llevar unos hábitos de vida saludables, te ayudarán a ser un poco más feliz.