1. No variar el menú
Según la experta, no se debe acostumbrar al organismo a tomar los mismos platos una y otra vez. De hecho, algunas investigaciones científicas apuntan que cuanto más variada sea la dieta de una persona, menores serán las posibilidades de tener un exceso de grasa corporal o sufrir problemas de metabolismo. Por ejemplo, si se suele comer una ensalada a diario, lo mejor sería cambiar los ingredientes cada semana.