El juez apartó a la Policía del caso ‘Macedonia’ tras ser detectada por los narcos

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Elena Burés

BARCELONA
Actualizado:

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La
cena entre un subinspector de los Mossos d’Esquadra y dos presuntos narcos vuelve a centrar el juicio por el caso ‘Macedonia’. Y es que fue una vigilancia de la Policía Nacional la que captó el encuentro entre Manuel B., Marco Antonio C. y el uniformado Josep R., en un restaurante de Vilanova i la Geltrú, el 20 de julio de 2010. Los investigados detectaron a su vez la presencia de los agentes, y pocos días después, un juzgado de Barcelona asumió la causa, y apartó al CNP de la investigación.

Los hechos se sucedieron tal que así: en la citada fecha, Manuel llegó al aeropuerto de Barcelona desde las Baleares, donde había pasado unos días de vacaciones. Desde allí, y tras dejar a su acompañante en casa, se dirigió al local donde se encontró con Marco Antonio, pero lo que no esperaban los policías era la asistencia de un tercero.

La sorpresa llegó al rastrear la titularidad del coche en el que se desplazaba este individuo no identificado. «No es habitual que en las investigaciones por tráfico de drogas, el vehículo de uno de los investigados sea de la Generalitat de Cataluñ, ha indicado este lunes un agente del CNP ante la Audiencia de Barcelona.

«Pataditas» al vehículo policial

No fue el único contratiempo de esta vigilancia, según ha detallado el uniformado, y es que durante el encuentro, los investigados salieron al exterior del local para fumar y entonces comenzaron a propinar «pataditas» al vehículo policial que los seguía. Es decir, parecía que los habían descubierto. «La situación daba pie a que nos hubieran tomado la matrícula», ha detallado el mismo agente.

En efecto, así fue, según las consultas que realizó en la base de datos policial el mosso que acudió a la cena, pero este grupo de investigación, que actuó bajo la tutela de un juzgado de Sabadell, no llegó a saber que el agente que se había reunido con los dos presuntos narcos era el subinspector de la policía catalana Josep R., ya que las vigilancias y seguimientos a los investigados quedaron suspendidos pocos días después de la citada cena.

Así lo ha asegurado la inspectora al mando del caso, en su declaración como testigo ante el tribunal. «Nuestra investigación acaba el día 23 porque el instructor me comunicó que un juzgado de Barcelona investigaba al mismo grupo delincuencial que nosotros. El 29 de julio, el titular del Juzgado de Instrucción 1 de Barcelona me citó y me ordenó que abandonara la investigación inmediatamente», ha relatado.

Este encuentro resulta clave tanto para la Fiscalía como para la defensa del uniformado. Así, mientras el Ministerio público cree que supone una prueba de que el subinspector estaba a sueldo de los traficantes, su abogado alega que estos eran sus confidentes, ya que informó a sus superiores al respecto. Sin embargo, la fiscal Ana Gil cree que se trata de una coartada tras saberse descubierto por el seguimiento policial.

Testigo protegido

Precisamente, de esas pesquisas iniciales, antes de que los Mossos asumiesen el caso bajo la tutela del juez Joaquín Aguirre,
es de donde sale el testigo protegido de esta causa, que también ha centrado parte de las preguntas de las defensas a los policías esta mañana.

La Policía Nacional lo detuvo en el marco de una operación antidroga en Sabadell y, una vez en prisión, comenzó a colaborar con los agentes a cambio de «beneficios procesales», aportando información sobre algunos de los 17 imputados por el caso ‘Macedonia’.

El juicio continuará mañana martes, con la declaración de más policías.

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