Qué ver en Montblanc (Tarragona)

Breve historia de Montblanc

La zona donde se ubica Montblanc ya estuvo habitada en tiempos paleolíticos y se han encontrado restos de asentamientos íberos y romanos, pero su fundación se remonta al 1155, año en que recibe la carta de población de Ramón Berenguer IV. El pueblo, que se llamó en sus inicios Duesaigües y más tarde Vila-salva, creció rápidamente gracias a su ubicación (a medio camino entre Lleida y Tarragona) y a ciertos privilegios reales. En 1387, cuando se estableció el Ducado de Montblanc, ya contaba con castillo, mercado, murallas, conventos, hospital, etc., y era la 7ª población más importante de Cataluña.

Sin embargo, a esta etapa de prosperidad le siguió un largo periodo de decadencia, provocado por malas cosechas y guerras, durante el cual la villa quedó ruinosa y medio abandonada. En el siglo XVIII, gracias al cultivo de la vid, Montblanc recuperó parte de su esplendor. La mejora de las comunicaciones en el s. XIX también favoreció su desarrollo, pero la filoxera (1893) sumió al pueblo en una larga crisis que no se superó hasta las últimas décadas del siglo XX, con la llegada de nuevas industrias y la clara apuesta por el turismo.

Qué ver en Montblanc

La oficina de turismo de Montblanc propone a los visitantes una ruta turística a pie que recorre 26 sitios de interés, casi todos ellos dentro del recinto amurallado (el casco antiguo). Esta visita, que se puede hacer por libre o con guía oficial, tiene una duración aproximada de 1 h 30 min, dependiendo del ritmo de cada uno. El itinerario tiene su inicio en la propia oficina de turismo, ubicada en una bodega modernista de 1922. Podéis aparcar gratis por la zona y comenzar con el paseo hacia el Portal de Sant Antoni, pasando primero frente a la Torre dels Cinc Cantons y el photocall con las letras del pueblo.

El Portal de Sant Antoni, que era uno de los cuatro accesos a la villa en tiempos medievales, se construyó en el s. XIV, pero fue completamente reconstruido en tiempos recientes. Antes de acceder al pueblo, hay que retroceder por el Raval de Santa Anna para contemplar la fachada del antiguo Hospital de Santa Magdalena (s. XIV-XVI, no visitable) y atravesar el Pont Vell, un puente de piedra del siglo XII que atraviesa el río Francolí y que en el siglo XIX perdió los dos arcos de entrada para facilitar el paso a los carruajes.

Deshaced el camino para entrar al casco antiguo de Montblanc. El Carrer Major os llevará al núcleo de la villa, dejando a mano derecha el fotogénico Carrer de la Plebania. Girando a la izquierda en Carrer Sant Josep, y tras pasar junto al Palau Alenyà, encontraréis a vuestra derecha el estrecho Carrer dels Jueus, con un arco medieval del siglo XIII, único testigo del antiguo barrio judío. La calle desemboca en Plaça dels Àngels. Desde ahí podéis hacer un desvío a la izquierda para echar un vistazo a la Torre-Portal de Bové (s. XIV) y regresar después al Carrer Major para seguir hasta la Iglesia de Sant Miquel.

Esta tosca iglesia del siglo XIII, con fachada románica e interior gótico, llegó a ser sede del Parlamento de Catalunya durante un breve periodo en el s. XIV. Rodeadla por el Carrer Fuster para salir del casco antiguo a través del Portal del Castlà y caminad junto a la muralla, dejándola a vuestra derecha, hasta que os encontréis de frente con la antigua Iglesia de Sant Francesc (s. XIII – XIV). Actualmente es una sala de exposiciones y eventos, pero en su día perteneció a un convento franciscano que, según la tradición, fue visitado por el propio San Francisco de Asís a principios del siglo XIII.

Para seguir con el recorrido turístico hay que continuar junto a la muralla hasta llegar al Portal de Sant Jordi, por donde volveréis a entrar al casco antiguo. Por cierto, ese tramo de muralla es visitable, pero tenéis que consultar en la oficina de turismo los horarios y precios, ya que las visitas suelen concertarse. Si continuáis recto no tardaréis en encontrar los carteles que os guiarán hacia la Plaça Major, donde destaca el Casal Desclergue (s. XVI), antigua casa del veguer de Montblanc, y actualmente sede de un banco.

En la Plaça Major también sobresalen los Porxos de Cal Malet (s. XVIII), con las medidas usadas para medir el grano; la Casa de la Vila (reconstruida en 2001, respetando elementos de los siglos XIII y XIV), actual Ayuntamiento; y la Font Major, de finales del siglo XVIII. Saliendo de la plaza por el Carrer dels Hortolans llegaréis al Casal dels Josa (s. XVIII), sede del Museu Comarcal, y acto seguido a la Iglesia de Santa Maria la Major (s. XIV), que sorprende por su gran fachada barroca y renacentista, construida en el siglo XVII tras la destrucción de la antigua. En el interior destacan el órgano barroco, el retablo mayor y la talla gótica de Santa María.

El itinerario prosigue hacia el cercano Pla de Santa Bàrbara, mirador con vestigios de algunas construcciones antiguas, como el castillo de Montblanc, una pequeña iglesia y un tramo de muralla. Para finalizar la ruta hay que encaminarse hacia El Foradot, otra de las salidas de la muralla, y seguir en línea recta hasta el Santuari de la Serra, antiguo convento de monjas clarisas cuyos orígenes se remontan al 1296. La vida monástica sigue activa, pero la iglesia es visitable. Por último, señalar que en Montblanc pueden visitarse el Museu del Pessebre y el Centre d’Interpretació de l’Art Rupestre.

Lugares que ver cerca de Montblanc

Aquí os dejamos algunas ideas sobre lugares que ver alrededor de Montblanc:

Información práctica para visitar Montblanc

Ubicación