ómicron eleva a 400 millones los contagios por Covid en el mundo

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El pasado seis de enero se llegaba a una cifra difícil de imaginar hace solo medio año: el número total de personas contagiadas por SARS-CoV-2 había alcanzado los 300 millones en todo el planeta. Solo ha hecho falta un mes para superar los 400 millones de casos.

Fue necesario un año entero para alcanzar los primeros 100 millones de contagios. Posiblemente a esta cifra se llegó antes: en los primeros meses muchos casos quedaron sin diagnosticar por la escasez de tests adecuados para su detección. Oficialmente, fue el 25 de enero de 2021 cuando se alcanzó ese umbral.

Solo hicieron falta siete meses para doblar dicha cifra. Los registros de la Universidad Johns Hopkins, referente de los datos mundiales a lo largo de la pandemia, notificaban el pasado 3 de agosto, en plena quinta ola española, el paciente número 200 millones. En cinco meses se alcanzarían los 300.

A lo largo de 2021 se han sucedido variantes que han aumentado la transmisibilidad y virulencia de la original. Alfa ya portaba 28 cambios en su genoma en comparación con el virus que salió de Wuhan y se estima que llegaba a ser hasta un 82% más infecciosa.

Delta, detectada por primera vez en la India y que predominó en una gran parte del mundo hasta la llegada de ómicron (se impuso a las variantes beta y gamma en varios países, donde alfa no había logrado penetrar con fuerza), multiplicaba por 1,64 veces el riesgo de contagio.

Según los primeros informes sobre ómicron emitidos por Public Health England, su probabilidad de transmisión en el hogar es de 2,9 veces la de delta. La llegada del frío en Europa y Norteamérica propició una mayor estancia en las casas y un aumento vertiginoso de los casos en casi todos los países.

De hecho, de esos 100 millones de contagios en un solo mes, dos terceras partes provienen de Europa (45,48 millones) y Norteamérica (21,15 millones). Entre los países europeos, Francia se lleva la palma: 10,67 millones de casos, seguido de Italia (4,79 millones), Alemania (4,13 millones), Reino Unido (3,93 millones) y España (3,23 millones).


No son pocas las naciones que han doblado su número de contagios en ese tiempo. Francia tenía a principios de enero 11 millones de casos. Dinamarca ha pasado, en solo un mes, de poco más de 900.000 casos a dos millones. España no lo ha hecho en un mes, pero sí en lo que va de ómicron: desde el 1 de diciembre ha pasado de 5,17 millones de casos a 10,4 millones.

A pesar de estas cifras, Dinamarca y Noruega, dos de los estados más golpeados (en términos relativos) por la última de las variantes preocupantes, han levantado todas sus restricciones y abrazado una nueva normalidad muy similar a la antigua. Suecia les ha seguido e Irlanda, que vivió un espectacular repunte de contagios a principios de año, también ha decidido dar un paso al frente y abandonar las medidas de contención.

Al otro lado del charco está pasando otro tanto de lo mismo. EEUU ha vivido una explosión de contagios nunca antes vista y un número de muertes como en los peores momentos de la pandemia, pero varios estados ya han anunciado el fin de la mascarilla obligatoria en exteriores (allí donde lo era, pues muchos no adoptaron esta medida).

En Asia la ola de ómicron ha llegado más tarde, pero ya ha superado la media diaria de casos de Norteamérica y acumula 20 millones de contagios desde el pasado 6 de enero. En Latinoamérica son 10 millones de contagios contabilizados desde entonces (y un preocupante incremento en las muertes), por dos en Oceanía y uno en África.

Superando el pico de ómicron

A pesar de las espectaculares cifras, la ola mundial de ómicron parece haber alcanzado su pico e iniciado su descenso. El pasado 19 de enero se notificó el mayor número de contagios en un solo día de estos dos años de crisis: 4,22 millones. La media de los últimos 7 días, en cambio, es de 2,66 millones, números inimaginables antes de ómicron pero que marcan el camino de salida.

Sin embargo, las muertes siguen subiendo y este miércoles se han registrado 10.700 en todo el mundo. Los 100 primeros millones de casos se saldaron con 2,21 millones de fallecimientos. Al doblar las cifras de contagios, hace un año, también lo hizo la de muertes. En cambio, con el tercer centenar se registró un descenso en el número de defunciones: 1,23 millones de muertes, producto posiblemente de los más de 9.000 millones de dosis de vacunas contra la Covid administradas hasta ese momento. En este último mes de récord, la cifra de decesos registrada se acerca a los 300.000, si bien el decalaje entre contagios y muertes hace esperar que el ritmo de fallecimientos siga aumentando al menos un par de semanas.

Así se está viviendo, al menos, en España, donde la sexta ola ya es la cuarta más mortal y la que mayor número de muertes ha registrado desde que las vacunas se generalizaron entre la población vulnerable.


Las 282 muertes notificadas en el último día hacen ya un total de 8.296 desde que comenzó la sexta ola (el 14 de octubre de 2021, según los informes epidemiológicos del Instituto de Salud Carlos III). La quinta alcanzó un total de 6.228 muertes mientras que la cuarta, la de menor número de contagios, reigstró 8.265. Con todo, las cifras parecen alejadas con respecto a las tres primeras, cuyos datos de defunciones se acercaban o superaban las 20.000 cada una.

La pandemia ha entrado, a nivel mundial, en una nueva fase. Tras barrer el planeta, ómicron parece dar signos de cansancio y muchos países quieren pasar página a toda velocidad. Otros, en cambio, tienen a la inmensa mayoría de su población esperando las primeras dosis de los antígenos.

A pesar del optimismo, la guerra contra el virus no está ganada. Ya lo dijo a principios de febrero el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus: «Ahora estamos empezando a ver un incremento muy preocupante en las muertes en la mayor parte del mundo. Es prematuro para cualquier país, rendirse o declarar victoria».